Su origen hay que buscarlo en la Italia del Siglo XIV, derivado de la frottola, de escritura homófona e isométrico. De todas formas no será este primer madrigal el que influya en los compositores españoles, sino el del siglo XVI, de estilo contrapuntístico e imitativo, gracias sobre todo a la inspiración y audacia de músicos como Willaert.
Este género prende sobre todo en los músicos de Cataluña como Pedro de Alberch Vila, de hecho los castellanos y andaluces no aceptaron el término, aunque sí la forma, caso de algunos sonetos y villancicos de Juan Vázquez y Francisco Guerrero.
El madrigal en España puede describirse como una composición musical polifónico - vocal, sobre textos poéticos muy refinados, tanto por su lenguaje como por su contenido, sin estribillo, con música para toda la letra y de estilo imitativo, un poco a semejanza del motete, con el cual por cierto se le suele comparar, salvo por el texto, aquí de carácter profano.
Este género prende sobre todo en los músicos de Cataluña como Pedro de Alberch Vila, de hecho los castellanos y andaluces no aceptaron el término, aunque sí la forma, caso de algunos sonetos y villancicos de Juan Vázquez y Francisco Guerrero.
El madrigal en España puede describirse como una composición musical polifónico - vocal, sobre textos poéticos muy refinados, tanto por su lenguaje como por su contenido, sin estribillo, con música para toda la letra y de estilo imitativo, un poco a semejanza del motete, con el cual por cierto se le suele comparar, salvo por el texto, aquí de carácter profano.
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